“Era una alegría ver cómo se le iluminaban los ojos a los niños cuando aprendían a tocar un ritmo por primera vez”

Atrapada por su tierra de Aliste, ejerce dos profesiones: la enfermería que alimenta su cuerpo y el folclore que sana su corazón. Sonia Zamora conectó con el sonido del tambor a los 7 años y desde entonces sigue convocada a estas voces ancestrales. Se inició con el tambor, pero enseguida se alió con la bandurria, la gaita y, en menor medida, con la dulzaina. El traje y el baile tradicional alistanos le brindan salud y, desgraciadamente, la pandemia la ha privado de algunas satisfacciones, pero sabe que no hay mal que cien años dure.
AINHOA BLANCO Y ALMUDENA ANTÓN
¿Por qué empezaste a bailar? ¿Quién ha influido en tu amor por el folklore?
Comencé a bailar porque me matriculó mi madre cuando tenía apenas seis años a clases de baile en la Escuela de Aulas de Música de Aliste y Trás-Os-Montes. Pasaban los años y cada día me gustaba más por lo que me fui matriculando y aprendiendo a tocar diferentes instrumentos. Mi gran influencia por el folklore ha sido mi madre. Ella fue quien verdaderamente me introdujo en este mundo.
¿Cuál es tu canción favorita o la que más te gusta bailar?
Mi canción favorita es La jota y El charro de San Vitero, cantada por mi vecina Valentina Lorenzo acompañada por su famoso latón, aunque también me encanta bailar La jota y El brincao de Palazuelo de las Cuevas.
¿A qué edad empezaste a tocar los instrumentos?
Comencé tocando el tambor aproximadamente a los siete años. Años después comencé con clases de bandurria, gaita y dulzaina.
Percusionista, gaita, bandurria, dulzaina…, ¿qué aportan tantos instrumentos a tu vida?
Todos estos instrumentos me proporcionan una gran alegría a mi vida por conocer algo de nuestro folklore, algo de nuestros antepasados y poder transmitirlo a mis hijos. Otra aportación muy importante es la gran suerte de poder haber conocido a gente excelente que, al final, se han convertido en grandes amigos. Una de las personas especiales es el gran percusionista Victoriano Santiago, conocido por todo el mundo como Anico. Él fue mi profesor de percusión y a quien le tengo que agradecer todo lo que he aprendido. Tampoco me puedo olvidar de grandes amigos como José Juan Mezquita y su hijo, Gonzalo. Dos personas que siempre han estado en esos momentos que necesitas un pequeño empujón. Podría seguir nombrando a gente con gran corazón pero prefiero no mencionarlos porque seguro que me olvidaría de algunos.

¿Qué sientes cuando escuchas música tradicional?
Es escuchar música tradicional y ponérseme los pelos de punta… Se me mueven los pies y los dedos de las manos solos. Si tengo alguien a mi lado que baile, salimos a bailar y si tengo que tocar pues también lo hago…
¿Cuál es el traje tradicional que más te gusta y por qué?
El traje que más me gusta es el de alistana. Aliste es mi comarca y con él represento a mis antepasados, grandes trabajadores que lucharon con fuerza y sudor para que todo siguiera adelante y se vieran sus frutos. Del traje alistano, de mujer, uno de los componentes que más me llama la atención es la camisa de lino, con el cuello y los puños bordados. Es una pieza que lleva muchas horas de trabajo, es muy laboriosa. Los zapatos de oreja también son una belleza, junto los collares de coral y los pendientes de calabaza. En cuanto al traje alistano, de varón, me encanta la montera y qué decir de la capa alistana… Creo que cada prenda del traje, tanto de mujer como de varón, son unas joyas artesanas. Llevan muchas horas de trabajo y son una preciosidad verlas puestas.
¿Tienes algún recuerdo especial producido por el folklore de la comarca?
Recuerdo con muchísimo cariño e ilusión cuando bailaba y tocaba con mis vecinas del pueblo en la calleja de mi abuela Vicenta o en el edificio del ayuntamiento. Julia Pérez nos corregía cuando hacíamos un paso mal en la jota, y Valentina Lorenzo tocaba el latón con sus dedales. Grandes profesionales que nunca olvidaré. Han sido momentos y recuerdos que siempre estarán grabados en mi retina.
¿Podrías mencionar alguna canción favorita de tu pueblo?
Podría mencionar varias, pero algunas de las que siempre están en mi mente son la jota que lleva por título Si a tu puerta llaman y el charro Señor alcalde. Son dos canciones que la gente de mi pueblo siempre ha bailado y cantado.
¿Crees que los alistanos se sienten orgullosos de su tradición folklórica?
En estos momentos creo que la mayoría de los alistanos estamos orgullosos del folklore y queremos que nuestros descendientes conozcan nuestras raíces como a nosotros nos las han trasmitido. Pero no solo que lo conozcan los alistanos, sino que sea conocido allí por donde vamos. Yo tengo dos hijos y quiero que ellos estén en contacto con el folklore, que sepan todo lo que ha luchado tanta gente para que estas tradiciones no se pierdan.
¿Cuántas horas dedicas o le has llegado a dedicar diariamente al folklore?
Ahora mismo por motivos laborales y familiares le dedico poquito tiempo, pero en cuanto puedo me pongo a bailar y tocar… Años atrás, todos los días tocaba algún instrumento especialmente el tambor.

¿Eres o has sido profesora de baile o de algún instrumento musical?
Fui profesora durante varios años de percusión en la Escuela de Música de Aliste y Trás-os-Montes de Trabazos. En aquel momento era profesora y a la vez alumna de la escuela.
He pasado grandes tardes. Era una gran alegría ver a los pequeños que por primera vez cogían una baqueta y aprendían a tocar un ritmo…, se les ponía una gran sonrisa en la cara, se les iluminaban los ojos, era una gozada ver cómo disfrutaban. Con los mayores también compartí muchas satisfacciones, pasé grandes tardes a carcajada limpia. Tengo un gran recuerdo.
¿Tienes pensado seguir compaginando la enfermería con el baile y la música?
Por supuesto. Es mi gran afición.
El Covid-19, ¿te ha influido de forma positiva o negativa en tus inquietudes folklóricas?
El Covid-19 me ha influido de manera negativa ya que por motivos laborales apenas he tenido tiempo para dedicarme a la música y al baile. Espero que esta situación acabe pronto y pueda volver pronto a la vida de antes, aunque sea con cierta precaución.
¿Has ganado dinero en tus actividades musicales o simplemente lo haces por afición?
Empecé tocando por afición, aunque también he ganado alguna vez un dinerillo. Desde luego, no estoy en esta actividad para hacerme rica…sino porque el folklore me ha atrapado y me encanta.
¿Has viajado a muchos sitios a cuenta del folklore?
He viajado a distintos lugares, aunque no a todos los que hubiera querido ya que por motivos laborales no ha podido ser. Recuerdo una salida a Madrid donde hicimos un pasacalles y la gente se quedaba alucinada al ver nuestro traje típico y lo bien que nos lo pasábamos, aunque estábamos muertos de frío… He estado en diferentes pueblos y ciudades de nuestro país y también he visitado Portugal, pero no quiero citar lugares concretos del país vecino porque seguro que se me olvida alguno de ellos. De verdad, la gente portuguesa es encantadora y siempre nos han tratado maravillosamente.
¿Alguien de tu familia o amistades dedica parte de su tiempo al folklore? ¿Pertenecéis al mismo grupo?
La mayoría de la gente que está a mí alrededor ha dedicado o emplea tiempo al folklore.
Algunos familiares o amigos formábamos parte del mismo grupo y otros pertenecen a otras bandas. Hace unos cuantos años un grupo de amigos (Antolín, Alberto, Daniel, Adolfo) creamos un pequeño conjunto llamado “Dulzaineros de Aliste” con el cual íbamos a tocar a las fiestas patronales de los pueblos y otras ceremonias. Casi todos los fines de semana y algún día entre semana quedábamos para ensayar y al final acabábamos cenando y haciendo una fiesta. Realmente, nos lo pasábamos muy bien y ahora mismo son grandes recuerdos que nunca olvidaré.
