Pilar Panero estudia la oralidad en “Los Carochos” en la revista científica Boletín de Literatura Oral de la Universidad de Jaén

DICIEMBRE 2020

La profesora de Literatura Española de la Universidad de Valladolid, María Pilar Panero García, acaba de publicar un trabajo de investigación sobre la tradición “Los Carochos” de Riofrío de Aliste en la revista científica Boletín de Literatura Oral, editada por la Universidad de Jaén.

Se trata de un estudio de 30 páginas titulado «“Que de hoy en un año”. La oralidad en una mascarada: Los Carochos de Riofrío de Aliste» en el que la docente zamorana analiza cómo la mascarada se difunde en las redes sociales y en la prensa escrita y digital.

El texto recogido en el número monográfico extraordinario Antropología, cultura popular y oralidad en los medios digitales, coordinado por Carmen Morán y la propia autora, muestra también qué espacio ocupa la oralidad frente a la plasticidad de las máscaras en el conjunto de los medios digitales.

Al respecto, Panero García señala que la oralidad de la obisparra alistana es un aspecto fundamental ya que “prevalece la acción sobre la palabra porque conecta a los actores de la mojiganga con la comunidad y con el público en general favoreciendo la socialización”.

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Para esta profesora, “la oralidad además marca los distintos cuadros de la acción pre-teatral: la salida, el bautizo, las penurias de los filandorros y, sobre todo, la participación de todos los vecinos con la felicitación y parabienes”.

El trabajo editado ahora por esta publicación de la universidad jienense, distinguida con el sello de calidad de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y que ofrece artículos dedicados a la tradición oral desde la perspectiva literaria, histórica, lingüística, etc., aporta también detalles sobre la historia reciente del rito de Riofrío.

Al mismo tiempo, repasa algunos de los pasajes más importantes de la tradición como son las coplas cantadas por el personaje de El Molacillo de contenido satírico-humorístico y, en ocasiones, hasta con cierta carga obscena.

En opinión de la autora del documento, las redes sociales cumplen un papel esencial en la promoción de los ritos “porque nos ofrece la posibilidad maravillosa de acceder a contenidos que nacieron en un entorno analógico con facilidad, compartirlos de forma efectiva y rápida, que sin la tecnología actual no sería posible”.

En esa misma dirección, señala igualmente que internet y las redes sociales “nos ofrecen muchas posibilidades para difundir y conocer los ritos en el momento actual. Sin embargo, insiste, muchas veces se prima lo cuantitativo sobre lo cualitativo, se suben contenidos poco o nada rigurosos mezclados sin ningún criterio y es cuando se hace una simplificación o, lo que es peor, una caricatura”.

Cuando le preguntamos a la secretaria de la Cátedra de Estudios sobre la Tradición de la Universidad de Valladolid sobre si los recursos folklóricos pueden considerarse compatibles con los circuitos comerciales, la profesora indica que “pueden y deben ser compatibles siempre que no se haga una caricatura de una vida campesina idealizada que de facto no existe, porque ya no hay campesinado”. Panero García expone, finalmente, que “aquí la musealización, la investigación y la difusión es necesaria, pero con el consenso y las iniciativas de los grupos que mantienen las mascaradas”. En ese sentido, completa su relato al asegurar que “la revista Los Carochos es un ejemplo de cómo la sociedad civil implicada mantiene y difunde su legado, pero sobre todo lo reconoce y se reconoce en él”.

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