‘Portugal está más comprometido que España en la Conservación de las Mascaradas’
Esta mujer es una viajera impenitente, tan apasionada por las culturas rurales y las mascaradas que se la conoce como “Mercedes de las máscaras”. Escritora y fotógrafa gallega, Mercedes Vázquez dedica todas sus energías a recorrer aldeas, concejos y pueblos donde haya un mínimo soplo de los múltiples ritos que pueblan, sobre todo, Galicia y Portugal, pero también Zamora y el resto de España. Tras muchos años captando imágenes de las celebraciones festivas de invierno, ahora continúa con esa labor y presenta al público tanto sus trabajos sobre mujeres como el repertorio de mascaradas que ha recopilado desde hace más de treinta años. Ella es la autora de la fotografía del cartel de la exposición “Máscaras en acción: Los Carochos”.
¿Cómo entraste en contacto con el mundo de las tradiciones?
En mi familia, desde la niñez, siempre vi que valoraron mucho las tradiciones, especialmente, la danza, la música, el canto, además del teatro, la pintura y la fotografía.
¿Consideras que las mascaradas están en auge actualmente?
Sí, estamos en un momento en el que se aprecia un gran movimiento de aproximación al mundo de las máscaras, la gente sigue con asiduidad a las mascaradas y carnavales.
Y ¿dirías que gozan de buena salud?
Sí, por fin son consideradas como se merecen.
¿Cuáles son los peligros que las acechan?
La masificación descontrolada que mezcla las máscaras con el botellón.
¿Piensas que los ayuntamientos, las aldeas, los jóvenes de los pueblos y los responsables de los gobiernos de las comunidades autónomas trabajan unidos para mantener estos ritos?
No, lamentablemente no existe unión entre ellos. La mayoría de los carnavales los sacan adelante las asociaciones y lo mismo ocurre con las fiestas de Navidad o Año Nuevo donde también salen las máscaras, pero casi siempre desde el esfuerzo personal de los vecinos por medio de colectivos de todo tipo. Los gobiernos deberían apostar más por la conservación de las mascaradas, promoviéndolas para que sean declaradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, naturalmente, siempre que cumplan los requisitos de autenticidad y potenciación de la conservación de las tradiciones.
Desde el punto de vista gráfico, ¿qué aspectos destacarías de estas manifestaciones ancestrales?
Las mascaradas, en general, son una espectáculo de color, plásticamente un lujo para cualquier tipo de artista: pintores, fotógrafos, poetas, cualquiera puede encontrar belleza en las manifestaciones donde salen máscaras a la calle, pero todo depende de la autenticidad de las manifestaciones.
¿Las mascaradas son algo más que una fiesta?
Desde luego, son mucho más que una fiesta, recogen el sentir del pueblo.
Después de recorrer tantos lugares con tu cámara, ¿qué rasgos comunes tienen estas celebraciones rurales?
El sentimiento. Las mascaradas en general forman parte de las tradiciones que la gente recibe de sus antepasados. Y en casi todos los lugares con ritos ancestrales, vestirse y ponerse la careta forma parte de un ritual que lleva a que la persona que se viste y se pone la máscara a una profunda emoción.
¿Dónde se cuida más a la máscara ibérica, en Portugal o en España?
En Portugal, sin duda alguna. Los habitantes de la región de Trás-os-Montes, especialmente, están mucho más sensibilizados con el compromiso de cada aldea en la conservación de las tradiciones.
En los últimos años participas muy activamente con tus fotografías en exposiciones sobre el universo de la máscara. ¿Encuentras facilidades para estos montajes?
Sí. Quienes solicitan la exposición suele ser gente del mundo de la máscara, tienen máscaras y valoran todo lo que está relacionado con ellas. Suelen poner a mi disposición montadores, se preocupan por dar difusión al trabajo creativo, lo promueven en los medios de comunicación y siempre hacen una presentación oficial de la exposición. Normalmente, los concejos o asociación que encargan la exposición cumplen con los requisitos imprescindibles: se encargan de realizar los carteles y las hojas de sala, atienden la muestra y cuentan con una sala apropiada, además del personal que se encarga de la apertura y el cierre de la exposición.
Alguna vez has dicho que está cambiando la manera de hacer exposiciones, que ahora hay que enriquecerlas con otro tipo de acciones paralelas… ¿qué propones?
En algunas presentaciones de la exposición soy fiel al título y, siguiendo el título, hago Un viaje por el mundo de la máscara, realizo una ruta a través de las fotos, deteniéndome en cada máscara, comenzando por el orden de salida, desde el final del verano hasta el carnaval u otras fechas posteriores como el Corpus, San Juan o Los Remedios, fechas en las que también salen máscaras. En algunos lugares se hacen mesas redondas, visitas guiadas, reuniones con grupos de escolares, etc. Todo lo que se haga a mayores de la exposición ayuda a conocer el mundo de la máscara y es positivo.
¿Qué valor entiendes que tienen esas exhibiciones para el público?
Las exposiciones pretenden dar a conocer la riqueza patrimonial inmaterial que tenemos, la valoran y la reivindican.
Mercedes Vázquez no es solo fotógrafa de mascaradas. ¿A qué otros temas dedicas tus energías?
En los últimos tiempos, además de la exposición Viaje por el mundo de la máscara, que incluía máscaras gallegas y portuguesas, llevé a cabo otra muestra titulada Viaje por el mundo de la máscara Ibérica donde además de máscaras portuguesas y gallegas, la exposición recogía máscaras leonesas, asturianas, cántabras, extremeñas, andaluzas, zamoranas y algunas otras castellanas. Por otro lado, hice un proyecto alrededor de las mujeres de La Raya del que nació la exposición Mulheres, ciento y pico fotos de mujeres del mundo rural de las zonas gallego-portuguesa, gallego-zamorana, portuguesa-zamorana y de otras mujeres rurales, etc.
-La fotografía ¿es un hobby o ha sido tu profesión?
La fotografía siempre formó parte de mi vida, la aprendí con mi tío, el pintor y fotógrafo Antonio Álvarez Rivas, Avari. Compaginé trabajos etnográficos y documentales con otros socioculturales e incluso me sumergí en el mundo de la escritura. La fotografía nunca la consideré un hobby, aunque no tuve un estudio fotográfico al uso para bodas y bautizos. Recibí la herencia familiar de Avari a quien debo todo lo que sé en fotografía y pintura. Ilustré mis guías de viajes que salieron a la luz con la editorial Galaxia y otras a las que aporté textos e imágenes, colaboré en revistas en las que sucedió lo mismo y realicé varias exposiciones. Mis fotografías son producto de trabajos de campo etnográficos que beben en las fuentes de las tradiciones. La fotografía formó siempre parte de mi vida, como dicen, y fue y sigue siendo una de mis pasiones.